sábado, 14 de noviembre de 2009

CON UN PUNTO ACIDO


¿Sabes que una piel hermosa debe guardar un gran capital de belleza y juventud.
Y ¿Sabes cual es la forma más eficaz que existe actualmente para luchar contra el envejecimiento cutáneo?...

Pues te lo voy a explicar hoy y lo voy a hacer con el convencimiento de que siempre funciona bien…

Se lleva a cabo a partir de la utilización de los últimos productos de relleno que existen en el mercado, tales como el ácido hialurónico.

Actúa de manera inmediata y fiable incluso a la larga, porque una continuidad en las sesiones frena cada vez con mayor intensidad las marcas del paso del tiempo.

Y ¿Qué es el ácido hialurónico?
Un polisacárido que se encuentra presente en los diferentes tejidos de todas las especies animales.
Desempeña una importantísima función en la estructura cutánea y es el responsable de su elasticidad.
Además tiene la capacidad de retener a su alrededor una gran cantidad de agua.
De este modo aporta volumen a los tejidos, es decir, la máxima hidratación.

Directamente sobre la piel.
Otra gran ventaja es que para la utilización del ácido hialurónico el paciente no necesita llevar a cabo un test de alergia.
El doctor se lo inyecta superficialmente en la piel, e inmediatamente pasa a formar parte “prácticamente natural” de los tejidos, sin alterar en nada sus características.

¿Cómo se aplica?
Se administra en forma de mesoterapia, es decir, de pequeñas inyecciones prácticamente indoloras, aunque previamente al tratamiento se puede recurrir a la anestesia local en forma de crema.

Es un gel viscoso, reabsorbible en un periodo de tiempo de 6 a 12 meses.
Después debe repetirse el tratamiento a fin de lograr permanentemente un aspecto joven e impecable.

Tras las inyecciones se recomienda un suave masaje en la zona tratada para repartir el producto adecuadamente.

Los resultados son inmediatos.
Y el grado de satisfacción, también.

Me gustaría añadir, que mostrar un rostro terso y luminoso solo depende, hoy por hoy, del interés que tengamos en conseguirlo.
La ciencia pone el resto
¡Y lo hace muy, muy bien!