sábado, 17 de enero de 2009

CADA EDAD RECLAMA UNOS CUIDADOS


LAS EDADES DEL CUIDADO PERSONAL
A cualquier edad es posible estar guapos e incluso celebrar un “feliz no cumpleaños” siempre y cuando se acceda a las exigencias de la piel, que reclama unos cuidados específicos y unos tratamientos determinados.
DE 25 a 30 AÑOS
Cara:
A los 25 sus capacidades de flexibilidad y firmeza se mantienen intactas, iguales que a los 17, siempre y cuando el nivel de hidratación sea optimo, ya que el agua supone aproximadamente el 70% de su composición. Sus principales enemigos son la contaminación ambiental, el clima (frío, sol, viento), el alcohol, el tabaco y el trasnochar. A medida que se acerca a los 30 comienzan a desaparecer algunas de sus propiedades de resistencia y auto regeneración. Se vuelven imprescindibles los productos hidratantes que además aportan protección. Y para que desarrollen todas sus cualidades, la secuencia ha de comenzar con una limpieza profunda para eliminar cualquier resto de maquillaje o de impurezas.
Las mascarillas desincrustantes junto con las tiras limpiadoras de la nariz y las toallitas, que facilitan la extracción de los puntos negros y del exceso de sebo, son de máxima comodidad y utilidad.
¡No olvidar los contornos de ojos para prevenir bolsas y ojeras!
Cuerpo:
La ducha diaria resulta especialmente eficaz, bien como herramienta de limpieza estimulante, o de relajación. En el primer caso deberán utilizase los productos de aseo convenientes. Por ejemplo para piel normal o grasa se puede usar gel de ducha y para piel seca, mejor un jabón muy emoliente. Hay que eliminar a fondo los restos de cualquiera de ellos.
La ducha relajante exige que el agua bien caliente caiga un largo rato sobre las vértebras cervicales. Al finalizar se seca el cuerpo suavemente con una toalla y se hacen cinco minutos de relax antes de vestirse.
Una vez a la semana va muy bien un peeling corporal para desprender las células muertas, sobre todo en zonas de codos y rodillas.

DE 30 a 35 AÑOS
Cara:
A partir de los 30 años la piel todavía se encuentra en su apogeo, pero comienzan los signos del envejecimiento natural, agravados por el cansancio, las preocupaciones y el estrés que conllevan un déficit de energía y tienen secuelas como por ejemplo:
- La acumulación de toxinas
-La mala oxigenación
-La disminución de la micro circulación superficial.
- El drenaje deficiente
Se pierde la tonicidad, se acentúan las arrugas, aumentan la reactividad y la falta de transparencia y luminosidad, los pliegues de la frente y del entrecejo indican sorpresa e incluso mal carácter. Las patas de gallo sin embrago son propias de personas alegres y con risa fácil. Desaparecen cuando el rostro se muestra relajado, pero con el paso de tiempo llegan a transformarse en permanentes. Se necesita una cosmética capaz de alisar la epidermis y de reducir los signos de fatiga y arrugas de expresión. Una crema de día y otra de noche para el rostro y un producto contorno de ojos “primeras arrugas”.
Queda prohibido exponerse a los rayos solares sin la protección adecuada y olvidarse de la higiene facial diaria..
Cuerpo:
Los productos fortalecedores del cuello y del busto, resultan de lo más recomendables.
En la higiene diaria deben incorporarse como algo habitual y aplicarse por medio de un suave masaje...
Dos veces al año como mínimo, los tratamientos anticelulíticos ayudaran a mantener la grasa bajo control y a recuperar los contornos abdominales, que comienzan a desdibujarse.
En el Centro de estética existen infinidad de aparatos para reafirmar, tonificar y suavizar la epidermis y los músculos. Las ondas biopticas son uno de los más eficaces del momento y sus resultados se perciben desde las primeras sesiones.

DE 35 a 40 AÑOS
Cara
La causa principal de la degeneración del tejido conjuntivo responsable de la firmeza se encuentra en la edad. Dicho proceso, conocido como elastosis cutánea produce la distensión. Por otro lado, la disminución de la retención hídrica provoca pérdida de volumen, o sea, una especie de piel deshinchada que al tomarla entre los dedos provoca la sensación de que se hubiera despegado de los tejidos subyacentes. Es lo que en estética se conoce como “pérdida de firmeza”. Se manifiesta en los inicios del envejecimiento cutáneo y mientras que a los 35 todavía se recupera con una cierta facilidad, los 40 marcan una barrera y hacen que lograrlo cada vez resulte más difícil.
La cosmética propone cremas protectoras e hidratantes para el día con acción lifting y nutritivas y restructurantes de la regeneración celular para la noche.
También productos con acción lifting para el contorno de ojos (antiarrugas, antibolsas y anteojeras). Los conocidos como “ flash de belleza instantánea”, pueden resultar útiles para ocasiones muy concretas de especial agotamiento. Y en estos casos también se recomiendan los tratamientos con láseres Fraxel o de Radiofrecuencia con equipos como el Accent, el Style o el Polaris, la mesoterapia, los rellenos, los antiaging y los antiarrugas.
Cuerpo:
No hay porque agotarse en el esfuerzo. La plataforma vibratoria, un novedosísimo equipo de entrenamiento, permite ponerse en forma sin esfuerzo. Es el Gim-Loft y refuerza los músculos de forma fácil y cómoda. Todo son ventajas en estos equipos de gimnasia pasiva. Solo 20 minutos dos o tres veces a la semana bastan, aunque es el entrenador quien debe calibrarlo. En líneas generales, proporcionan más alto rendimiento que el ejercicio convencional porque las articulaciones no limitan las contracciones a una por segundo (con un desgaste de ligamentos y tendones importante), sino el 100% de las fibras al límite muscular (25-30 contracciones cada segundo).
Los tratamientos SPA en el propio cuarto de aseo proporcionan energía o relax, según convenga. Suelen contener aceites esenciales y poderosos activos que ayudan a la epidermis a recuperar fuerzas.

DE 40 a 50 AÑOS
Cara:
Se acentúan la flacidez, las arrugas y las líneas de expresión. Pero por suerte, actualmente, en el territorio de la edad, se han abierto nuevos y eficacísimos caminos, incorporando activos con la potencia de un “bisturí”. Además de traspasar la barrera de lo aparentemente imposible, ponen al alcance de todos su sabiduría, con una indiscutible inmediatez en los resultados respecto a la firmeza epidérmica, la reestructuración celular y la elasticidad de los tejidos. Se centran en tres tipos de acciones, revitalizante, antioxidante y reparadora, con sus consiguientes efectos de aportación de energía y de lucha contra los radicales libres.
La secuencia de cuidados necesarios seria:
Limpieza a fondo y tonificación profunda en la mañana y en la noche. Cremas después con activos como el procalcio de última generación. Muchísima hidratación y definición del ovalo mediante mascarillas de colágeno y serums activos.
Cuerpo
Hay que evitar a toda costa la flaccidez, que es quizás el peor de los enemigos, junto con la retención de líquidos y la acumulación de grasas. Las cremas corporales incorporan a veces elementos reafirmantes y por ellas hay que decantarse sin dudas. Su acción puede completarse con algún tratamiento drenante en Centros de estética, como por ejemplo la presoterapia, que siempre proporciona una mejoría. Hay que beber mínimo dos litros de agua diarios, hacer ejercicio y aplicar parches “anti grasa” en abdomen y cartucheras como tratamiento de choque, varias veces al año.

1 comentario:

Anónimo dijo...

El Sombrero Rojo ( la mirada femenina en el espejo.)

A los 3 años: se mira en el espejo y se ve como una reina.

A los 8 años: se mira y se ve como Cenicienta o la Bella Durmiente.

A los 15 años: se mira y se ve gorda y con puntitos negros y horrible... "no puedo salir con esta facha”.

A los 20 años: se mira y se ve muy gorda, muy flaca, muy baja, muy alta, muy crespa, muy lacia... pero decide salir de todas maneras.

A los 30 años: Se mira y se ve muy gorda, muy flaca, muy alta, muy crespa, muy lacia..., pero decide que no tiene tiempo para solucionarlo y sale de todas formas.

A los 40 años: Se mira y se ve muy gorda, muy flaca, muy alta, muy crespa, muy lacia..., pero dice "estoy viva"...y sale de todos modos.

A los 50 años: se mira y dice: "Por fin soy yo". Sale y va para donde ella quiere y le parece mejor.

A los 60 años: Se mira y ve sabiduría, alegría y habilidad... Sale y aprovecha la vida.

A los 70 años: Ni se preocupa por mirarse al espejo. Simplemente se pone un sombrero rojo y sale al mundo a divertirse.

Tal vez deberíamos ponernos el sombrero rojo un poco antes... disfrutar más de cada instante y aprovecharlo como si fuera un precioso regalo para compartir con los que nos aman.
Minerva